Da la sensación que hay más candidatos que votantes.
Da la sensación que hay más propuestas que propósitos.
Es el momento de la transformación de los municipios.
La estrategia para conseguir el trono es variada, variopinta, compleja y arriesgada.
Presentarse a Alcalde de tu Municipio tiene un enorme valor. Prestar y dedicar gran parte de tu tiempo al bienestar de tus paisanos, es de una sensibilidad y profesionalidad digno de halagar.
Ser Alcalde es una profesión que no requiere de un examen previo, ni acaso tener una formación académica, ni siquiera tener un currículum que avale la participación en actividades y eventos o actos de relieve que hayan generado e incidido de forma positiva en los ciudadanos de a pie.
Programas y más programas, proyectos y más proyectos, iniciativas y más iniciativas.
Estando en el siglo XXI, es triste leer dentro de los programas de unos y otros, aspectos básicos como: creación de zonas recreativas, mejora de caminos rurales, subida de la tapia del cementerio, embellecer el pueblo, mejora del alcantarillado, mejora del alumbrado, mayor seguridad ciudadana, disponer de centro de salud en pequeñas localidades, servicio de asistencia social, centro de atención a personas mayores, instalaciones deportivas adecuadas y disposición de entrenadores profesionales, aulas de formación, convenios de diferentes colectivos sociales llámese asociaciones locales,…..
Cada euro que sale de las arcas municipales debe ser invertido en el bienestar de la sociedad, por lo tanto, cada partida presupuestaria debe estar dedicada al desarrollo del área en cuestión. Pueblos llenos de belleza, de actividad, de movimiento, de ilusiones, e recursos, de propósitos.
Incomprensible tanto enfrentamiento entre iguales.
En el 2023 las exigencias a un Ayuntamiento deben ir más allá. El ciudadano necesita que todos los servicios básicos anteriormente mencionados, sean cada año de mayor calidad y adaptados a la población concreta en cada municipio.
Alcaldes que utilicen el liderazgo para la creación de riqueza, capaces de transformar los pueblos de antaño en lugares de convivencia y llenos de servicios.
En tiempos de redes sociales y nuevas tecnologías, perdió sentido la pegada de carteles y los folletos entregados en cada buzón. Incluso el mitin electoral pasó a un segundo plano.
Son momentos de menos palabrería y menos escritos y más hechos. Para crear confianza y credibilidad es necesario quitarse el zapato y equipaje elegante, calzarse zapatillas cómodas y ropa ligera y comenzar a remar, pero a remar con energía y sin pausa.
Votamos al amigo, al familiar, hacia la izquierda o a la derecha, por tradición, en contra del otro, a favor del cercano. Pedimos a los candidatos que sean Líderes y el votante debe ser responsable en su elección.
Y pueden aparecer en las listas electorales personajes que han sido asesinos, tremendo pero tremendo. Da la sensación que todo vale para llegar al poder. Realmente vergonzoso.
Es el momento de tirarse los trastos, “y tú más”.
Elecciones deberían ser cada día, cada sesión, cada entrenamiento, cada 24 horas, cada acción, cada detalle. Así se evalúa el rendimiento de forma pormenorizada. 4 años es un mundo.
Manejar dinero público es de una enorme responsabilidad.
Aparecen candidatos que seguramente no saben dónde está la iglesia del pueblo, o quien regenta la panadería o quien hizo la primera comunión este año o quien es el cura o cuando sale la Alsina hacia la capital. Hay de todo como en botica.
Desear a todos esos héroes que han dado un paso al frente para darle luz a sus municipios y ciudades mucho éxito y al votante, que vote a quien quiera.